Llegó a usar sostenes de silicona. Sí, los que se venden en las publicidades televisivas que ofrecen soluciones mágicas, con la premisa de “llame ya”. Ese fue el último intento de Silvina Scheffler (27) para disimular sus pocas lolas. “En el último tiempo ya los usaba permanentemente”, confiesa la entrerriana, rebautizada como la Profe desde que participó de Gran Hermano 2007. “Todo el mundo que me reconoce me llama así. ¡Ya no tengo nombre!”, dice con su hermosa sonrisa. Hoy, los corpiños con mucho push up son parte del pasado para Silvina. Ya no volverá a necesitar ayuda externa para aparentar escotes de fantasía. Porque desde que salió del Centro de Estética del Sur, dirigido por el doctor Daniel Félix, la rubia posee dos nuevos motivos para apreciar su belleza. Porque si ya se le reconocía una cara angelical, un cuerpo tallado a mano y una cola para ponerle un moño azul, ahora habrá que sumar elogios para sus flamantes lolas, adquisición que la convierten en una candidata a integrar algún staff de modelos, como su ex compañera Marianela Mirra.
–¿Cuándo tomaste la decisión?–En realidad lo tenía decidido desde agosto del año pasado. Pero por un tema económico, sumado a que tenía ciertos compromisos laborales que no me daban tiempo como para cumplir con el posoperatorio, no lo hice. Recién después de Gran Hermano pude cumplir con ese anhelo.
–¿Influyó el hecho de estar en los medios para cumplir con ese deseo?–Sí. Cuando salí de Gran Hermano todo el mundo me decía que ponerme lolas iba a ayudarme para una carrera en los medios. Incluso la mayoría quería que me pusiera más de lo que me puse. Pero la verdad es que estoy muy conforme con el tamaño que elegí. No quería parecer vedette, que fueran las lolas y después yo. Quería que fueran un complemento de mi cuerpo. Y estoy contenta, porque me siento muy cómoda.
El resto de la entrevista en revista Paparazzi de esta semana o en www.paparazzirevista.com.ar